Otro de los poetas a quien admiro es al nicaraguense Rubén Darío, a quien le dedico los siguientes sonetos:
DARIO
I
¿Recuerdas, tú lector, a Margarita,
a Onfalia, a Diana, a Cipria o a Dalila,
o a la musa Delicia o Hipsipila,
o a la amorosa Venus Afrodita?
¿ O quizá a las Minervas y a los Martes
ir triunfantes al son de los clarines,
secundados por rudos paladines
portando jubilosos estandartes?
¿Y no has oído hablar de los amores
del tigre de bengala y la tigresa
acechados por fieros cazadores,
Que muy seguros y con cruel rudeza,
amparados por árboles y flores,
mataron en aquellos la terneza?
II
¿ Te contaron tal vez que hada Harmonía
con la divina Eulalia y Filomela
en rítmica y sonora cantinela,
daban a dos amantes agonía?
¿ Que llegaron tesoros del oriente,
de las Romas, las Grecias y las Francias,
como gemas, metales y fragancias,
a bellos lares en el occidente,
A lomo de camellos, dromedarios,
En árabes caballos o elefantes,
Tortugas o dragones legendarios,
O en las manos de olímpicas Bacantes
Que encienden los sagrados incensarios,
Forrados de marfiles y diamantes?
III
Pues esto lo cantó la sinfonía
del vate nica de ciudad Darío
y fue para los orbes vocerío,
que llegó desde ignota lejanía.
En fina mezcla de simbologías
y versos olvidados de las artes,
de todos los confines y las cortes,
de odas, epitalamios y elegías,
Los ritmos del minué y la pavana,
Otoño, primavera, estío, invierno,
En una rara hiperestesia humana.
Érato le ciñó laurel eterno
Fue adalid de la Lira americana
y muy cosmopolita y muy MODERNO.
viernes, 30 de octubre de 2009
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